En estos días de estrés, donde todo parece girar entorno a todo lo que te desagrada, donde donde tus objetivos se difuminan y no te dejan ver más allá. Esos días, donde apoyas con fuerza la rodilla al suelo y sabes que únicamente tú eres el que puedes obligarte a levantar, aunque te cueste horrores.

Pequeños momentos de orgullo, que vives a flor de piel, saboreándolos, exprimiéndalos, sabiendo que costaran que se repitan, porque en esas épocas donde todo te parece un fraude, consigues sonreír, reírte de todo ello y donde te repites de nuevo, que te sorprendería que algo así pudiese contigo después de todo.

Nada ni nadie conseguirá quebrarte más allá de lo que les permitas. Nadie conseguirá romperte.

Tan solo tienes que respirar, tomar aire y centrarte, es solo cuestión de concentración de tiempo y perseverancia.

I don't believe in fate 

But the bottom line 

It's time to pay 

You know you've got it ...

This is war!

Grano a grano, gota a gota, así se forman los ríos, así se forman los desiertos.

Por cada paso incierto que uno da, hacia lo desconocido, se le acerca cada vez más a su destino.

Al final, no debes temer lo que no conoces, tan solo tienes que ser capaz de lanzarte, dejarlo todo a un lado, apartar lo malo, lo dañino de tu vida, por mucho que te cueste y dar el siguiente paso.
Avanzar.

Siempre se trata de avanzar. Aunque no sepas hacia donde, aunque no sepas con que fin o objetivo.

Las promesas solo significan algo, cuando quieres aceptarlas como tal, porque si no las escuchas, si las ignoras, conseguirás por una vez no sentirte tan extremadamente estúpido.

Pedir perdón.

Nos equivocamos, fallamos, o simplemente no estamos en las expectativas de lo que se espera de nosotros, entonces, sólo nos queda agachar la cabeza y reconocer, que simplemente somos humanos y que también nos equivocamos.

Pero, que sucede, cuando se repite hasta la saciedad, que sucede, cuando no sabemos en lo que realmente fallamos?, podemos pedir perdón?.

Se nos va a poder perdonar?

Pero cuando todo se magnifica, cuando desconocemos donde fallamos, o que se espera de nosotros, no podemos hacer nada más.

Quizá, es el momento de no solo mirar dentro de nosotros en busca de culpa, porque quizá, escapa a nuestro total control.

Solo puedo pedir perdón y arrepentirme de verdad un número limitado de veces.

Homer Simpson.